Bajo la lluvia escocesa by Irene Mendoza

Bajo la lluvia escocesa by Irene Mendoza

autor:Irene Mendoza [Mendoza, Irene]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-02-01T00:00:00+00:00


* * *

Continué despertándome por las noches, buscando a aquel que se colaba en mis sueños y me hacía jadear mojada y llorosa por el recuerdo de sus caricias.

George se pasaba los días investigando en la Biblioteca Nacional y en diversos archivos históricos para un nuevo proyecto que a él le entusiasmaba tanto como me aburría a mí, y había contratado una mujer, la señora Doyle, para que hiciese las tareas del hogar como al principio de nuestro matrimonio, cuando los huevos pasados por agua del desayuno los hacía duros sin remedio.

Mi tío, soltero empedernido, preocupado solo de sus libros e investigaciones, y completamente ajeno a las mujeres y, por lo tanto, a las labores del hogar, tenía siempre una señora que las hacía por él y que también las hizo por mí.

Nada más llegar a la casa nueva de Londres había intentado acomodarme a mi nueva realidad preparando una cena especial que acabó en la basura y eso fue lo que había disuadido a George de que no me ocupase de la cocina.

Me pasaba los días arreglando el jardín, que estaba muy abandonado e intentando que la casa no se me viniese encima. Acostumbrada a trabajar, el día se me hacía eterno a pesar de que George se encargaba de planearme las jornadas, dándome sus escritos académicos para pasarlos a máquina.

No tuve noticias de Andrew en todas aquellas semanas y llegué a pensar que jamás las recibiría hasta que llegó una carta de Hamish. Fue la señora Doyle quien me la entregó una mañana, tras regresar de un paseo.

La carta de Hamish con la dirección de la granja Grant temblaba en mis manos. Yo le había escrito un par de semanas atrás, atreviéndome por fin a darle mi dirección y a preguntar por Andrew.

En cuanto la señora Doyle me la entregó, me encerré en mi habitación para leerla a solas y sin interrupciones de aquella mujer enjuta y exasperante, de ascendencia irlandesa, que me preguntaba por todo y de todo antes de hacer nada en la casa.

Nada más entrar en mi dormitorio me quité la chaqueta y me senté en la cama para disponerme a leer lo que Hamish me había escrito. Las primeras líneas preguntaban por cómo me encontraba y poco después, el montañés me hablaba de su visita a Andrew en Edimburgo.

Reparé en que Hamish tenía una caligrafía excelente y un cuidado lenguaje, y pensé que no había llegado a conocer lo suficiente a aquel hombre lleno de secretos.

La carta comenzaba relatándome el tiempo que hacía en Escocia y solo aquel dato me hizo sentir una aguda y dolorosa nostalgia. Lo que siguió no mejoró mi estado de ánimo:



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